domingo, 29 de junio de 2014

Jaula de pájaros

El clic de la cerradura
fue el disparo al lago del cazador.
La jaula es mi barriga.

Los pájaros pedalean
como cometas por la autopista,
escala en ninguna parte.

Despido su ausencia.
Vuela la libertad.

Mi tronco espera
el volver a albergar
ese trino de inquietudes
¿sedentarias?

jueves, 19 de junio de 2014

Sonrisa de bufón

Abandona sus ropajes
simples disfraces
de abogado
de la capital.

Se quita los zapatos
que no olvidan
todos y cada uno de los pasos que han dado
para conseguir
el aplauso de los demás.

Se desabrocha el cinturón
que lo sostiene de pie
más de ocho horas,
trabajo y voluntad.

Se desanuda la corbata
roja,
el color de la sangre cuando late.

Se contempla en el espejo,
desnutrido por los sueños de su juventud,
que ya se han ido.

Mira cara a cara
al hombre que pudo ser,
y no fue:

tiene una nuez de poeta,
una sonrisa de bufón,
unos ojos de astrólogo
que no saben leer las cartas del tarot.

La vida ha hecho malabares contigo,
¿o no?

sábado, 14 de junio de 2014

De ese lienzo de mi ayer

No queda rastro
de ningún pigmento
lejos de este camino de letras.
Lo efímero queda aquí recogido.

Unos ojos devastados
que manchan mi testamento
gota a gota
como el caer de la arena
en oro.
El tiempo no es eterno.

Un gesto de desprecio.
Un corazón casi desnudo
empaquetado
en una falsa humanidad:
el horror de hacerse viejo.

Me aparto
de quienes no me quieren
y dejo
a estos patéticos sustitutos
como herederos
de deseos que jamás conocieron buen puerto.

Cerramos este paréntesis
de intimidad.
El libro exhala polvo de terciopelo.

Penetro en los más recónditos laberintos
de mi mente.
El lenguaje aquí no posee fondo,
ni forma ni costura.

No pienso dar más testimonio
de ese lienzo de mi ayer.
¿Y el bosquejo del mañana?
Más adentro.

Cerca de todo alrededor
acaricio la ocurrencia
con la punta de los dedos;
fuera de mí
me reduzco a una escultura
erosionada.
Los bosques me recubren.


domingo, 1 de junio de 2014

Fundadores de la burla

Un perroflauta
que enamora con su guitarra
y sus rastas,
nervios de diapasón.

Un alma de gitana
custodiada en la más alta torre
de un hospital
con tarima flotante.

Un Dionisio
que va montado en un carro
tirado por cabras,
melena al viento
dorada.

Un genio de la lámpara
encerrado esta vez
en un perfume de algodón
de una bailarina
de ballet.

Un dibujo hecho a lápiz
por un artista sin gomas,
confundido.

Un perrito enfurecido
con los morros puestos
porque no lo sacan a pasear
por Italia.

Un modelo de los chulos
que se juega toda su filosofía
en la ruleta
del casino.

Una Blancanieves
que recolectó todas las manzanas
para dar de comer
a los que más lo necesitaban.

Porque ellos son
fundadores de la burla,
los que nunca me hacen falta...
hasta ahora.