sábado, 18 de octubre de 2014

Elogio a la lentitud

"Vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir".
Carl Honoré

El contestador quiere llamar mi atención.
La agenda ya no absorbe más tinta
ni citas.
La tele ha dejado de murmurar.
Las facturas luchan por ganar terreno
en el buzón.

Entran por la ventana
las quejas del tranvía, 
las prisas de la gente.
¡Menudo invento el reloj!

Medito.
Busco hablar con mi yo.

Las hojas de hierba
alzan los brazos 
para soportar 
mi liviano cuerpo.
Hay pelusas en la alfombra.

Siento cada nota
del canon de Pachelbel
rozando mi piel,
y entre tecla y poro
mis sueños se manifiestan.

(Aún permanece el tiramisú
de ayer
en mis pupilas gustativas).

Novelistas, dramaturgos y poetas
vociferan
desde el escritorio.
Agradezco su espera.

Hoy el ritmo lo marcan las tortugas
y los abrazos de sol.

La diferencia entre los vivos y los muertos
es solo el movimiento.







sábado, 11 de octubre de 2014

Suspiros de menta

"...porque la frustración se queda en la manzana
incluso después del mordisco."
Perdona por llamar tan temprano, pensaba que ya estarías despierta.
Juan Bello
A Cristida Laveda

Capaz de convertir 
a cualquier Apolo 
en algo más
que un simple laurel
(cambiemos la historia),
a ella no le hace falta correr:
¡ella vuela!
Cual pájaro que anuncia
las buenas nuevas, 
lleva el ritmo y la armonía 
en su cadera izquierda;
eufonía del aire cuando pasa.

Mira su reflejo
en las aguas del Barnés:
rostro cubierto de nieve,
labios de dulce frambuesa,
ojos de bosque en reposo
y todo un cosmos en sus cabellos, 
proclamados por una diadema.
Ay, mi princesa...

Con más fuerzas que una ONG, 
tiene detalles más bellos que la Iglesia:
los demás primero,
ella después.
Pero eso sí,
si se enfada,
resguárdate de la tormenta, 
pues solo calmará a la fiera
la voz de Dani Martín,
y un kilo de chuches.




sábado, 4 de octubre de 2014

Dorado

"Voz que soledad sonando..."
Palabra sobre palabra.
Ángel González. 
Lucha la luz
contra esta realidad
en tonos sepia
mientras solloza el violín
a primeras horas de la tarde.

La colección de fracasos
adorna las estanterías.

Me exalta el humo del café
sabor a vainilla.

Adopto la posición de los indios.

Recorre en mí
esa alegría atenuante
como la miel que cae de la tostada
de estar con uno mismo
y apreciar
esa nostalgia del ser.

Regresa a tu Ítaca,
estúpido urbanita;
despréndete de esos aires de forastero,
y no vuelvas a emprender
aventura alguna 
hasta que no sepas explicar
por qué
lo simple y lo familiar
devienen los detalles más bellos.

(Despierta la Voluntad)