sábado, 18 de octubre de 2014

Elogio a la lentitud

"Vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir".
Carl Honoré

El contestador quiere llamar mi atención.
La agenda ya no absorbe más tinta
ni citas.
La tele ha dejado de murmurar.
Las facturas luchan por ganar terreno
en el buzón.

Entran por la ventana
las quejas del tranvía, 
las prisas de la gente.
¡Menudo invento el reloj!

Medito.
Busco hablar con mi yo.

Las hojas de hierba
alzan los brazos 
para soportar 
mi liviano cuerpo.
Hay pelusas en la alfombra.

Siento cada nota
del canon de Pachelbel
rozando mi piel,
y entre tecla y poro
mis sueños se manifiestan.

(Aún permanece el tiramisú
de ayer
en mis pupilas gustativas).

Novelistas, dramaturgos y poetas
vociferan
desde el escritorio.
Agradezco su espera.

Hoy el ritmo lo marcan las tortugas
y los abrazos de sol.

La diferencia entre los vivos y los muertos
es solo el movimiento.







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