"Te fuiste y me dejaste dando tumbos
(una peonza huérfana de hilo)."
El tú, tú de mis tardes
Mari Cruz Agüera
Llevaba el horizonte
a la altura de los ojos;
el ritmo,
en las huellas dactilares;
la gracia,
en la punta del tacón.
Cómo se contonea...
Fuego le sale en el alma,
la energía se le escapa
por las faldas,
y su cuerpo
‒hecho a medida
de todos los hombres‒
se tambalea.
Como el frío
que resquebraja el alba
crujió el acorde
que la sujetaba a las tablas.
Falló el sistema de poleas.
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