sábado, 6 de diciembre de 2014

Digo "gélido" y se hace hielo

"Veo crecer ante mis ojos figuras de silencio y desesperadas.
Escucho grises, densas voces en el antiguo lugar del corazón".
En la otra madrugada,
Alejandra Pizarnik

Oblivion.

Una sensación de naufragio
en la boca del estómago.
Un Titanic hiende
un ingente iceberg.
Un susurro me recorre
y eriza toda la piel.

Un aliento gélido
de menta polar
el dentífrico
empaña mis ásperas manos,
ramas secas
de árboles desnudos,
y sin Nivea...

Unos labios agrietados
como la esquina 
de la blanca pared.
Unas cintas de vaho
cayendo sobre mi frente.
Unas bolas de nieve
(o azúcar)
derritiéndose
como quien presencia la Verdad.

—Cierra la maldita ventana, 
querida hermana.



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