domingo, 12 de abril de 2015

Yo te maldigo, Disney

Por animar a los mojabragas
a creerse poetas.
Sin tener caballo no se es caballero, 
os lo recuerdo.

Por inculcar a las best friends forever
palabras tan bonitas 
en las redes sociales:
«¡Eres mi hada madrina, tía! 
No sé qué haría sin ti».
Pues vomitar arcoíris, 
como yo ahora.

Por hacer pensar a cualquier chica de barrio
que puede convertirse en princesa
‒eso solo lo consiguen las periodistas guapas‒.

Por inventar la expresión "happy end"
y no cargarla de obscenidad,
¿o sí? 
Y yo sin darme cuenta...

Por haber exterminado
a toda la población de perdices, 
y por haber desalojado todos los palacios
del mundo mundial.

Por todas estas razones
(y, principalmente, por haber destrozado
el fantabuloso cuento de 
La Cenicienta
de los Hermanos Grimm
en tu última adaptación a la gran pantalla),
yo te maldigo, Disney.

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