para el Aula de Poesía)
La soledad de los espejos
nos recuerda
que continuamente nos sumergimos
a la caza de señales.
Viene el futuro volando
con extrañeza.
Fundido en plata,
se disculpa por su profundidad:
hondo pasillo de aspiraciones,
acoge a lo desconocido
con ternura;
la sala tan solo es
preámbulo de la emoción.
La obra de arte
delante
no consiente
(insiste)
¡que nadie dé un primer paso!
sin antes entrar en el desconcierto.
¿Consciente? Incierto.
Y que nos siga dando poemas tan bellos como este, amigo mío.
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